

Simplemente, necesito a Dios

La oración, el estudio de la biblia, la confesión son ejercicios espirituales que deben ser hechos con cierta frecuencia, pero a veces no estamos acostumbrados y no podemos encontrar tiempo o no nos acostumbramos a rezar siempre y podemos incluso sentir ansiedad o malestar emocional a causa de eso, ponemos muchos pretextos para no hacerlo, preferimos ver televisión, salir con amigos o simplemente dormir, esto no debe de ser así, debemos ser disciplinados espiritualmente.
La disciplina es algo muy importante cuando queremos mantener una vida espiritual tranquila, el deseo es lo único que mueve al hombre, a parte de la auto disciplina, de la motivación, el deseo es lo que existe en lo más profundo y no se borra, y es lo que nos mueve a dejar de lado ciertas cosas por otras actividades que nos parezcan más importantes, el hablar con Dios, el darle gracias y pedirle debería de ser una acción que la hagamos a diario, como una costumbre igual que lavarse los dientes, o lavarnos, es una necesidad para nuestra alma.
El propósito de la disciplina espiritual es el desarrollo de nuestro ser interior, que ha sido transformado por Cristo en la salvación (2 Corintios 5:17). Los creyentes redimidos han experimentado la renovación total de la persona desde su interior, e involucra diferencias de pensamiento, sentimiento y carácter que pueden ser más lentas para ser evidentes en nuestro comportamiento externo.
La mejor manera de evitar los errores en la comprensión de las disciplinas espirituales, es ceñirse a los claros mandatos escriturales dados a todos los cristianos de sumergirnos en la palabra de Dios, en donde Dios nos habla, y en oración por consiguiente hablamos con él. La comunicación con Dios debe de ser algo cotidiano y especial para poder tener un lazo fuerte y poder mantener nuestras costumbres espirituales fortalecidas.
Nuestro Dios omnisciente hace que queramos conformarnos a Jesús y a su voluntad para nuestras vidas. Dios lenta y gentilmente se revela a nosotros cuando oramos, y es en esos momentos que podemos comprender más profundamente y experimentar su amor. Por supuesto, uno de los mayores resultados de una oración disciplinada es cuando esta ha sido respondida.